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Thursday, July 9, 2015

LOS DIOSES REPTILIANOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Estamos siendo, desde el principio de la historia, controlados y gobernados por criaturas humanoides de aspecto reptiliano, de sangre fría, que no empatizan, que no sienten, simplemente ejecutan con una frialdad absolutamente pasmosa. No hay ningún rastro de bondad, de misericordia, de amor, ni de ningún tipo de valor humano. Todo es control, esclavitud, y manipulación. Su alimento son las energías sutiles de los humanos, como la desesperación, la devoción, el miedo, el dolor, la angustia. Usan todo esto como su sustento vital. Lógicamente, todos los ingredientes que les hemos estado proporcionando en bandeja de plata durante los dos últimos milenios. También se alimentan del humo de los animales ofrecidos en sacrificio, de la devoción del verdugo, y del derramamiento de sangre, como si esa muerte obedeciera a algo más que un puro capricho. Yahvéh daba a los israelitas instrucciones tan precisas sobre los sacrificios de animales, y su exposición era tan detallada que más parecía un libro de cocina que un ritual. Es una obsesión delirante por el dolor y por la destrucción completa de un ser vivo. Un dios que necesita que le quemen animales y los desollen, con olor calmante para Yahvéh. Pero ¿de qué lo apacigua?

Aquí tenemos algunos personajes de sangre fría, de sangre reptiliana como la de Enlil-Yahvéh:
Timothy James McVeigh, Eric Harris y Dylan Klebold, Charles Andrew Williams, James Eagan Holmes, Adam Peter Lanza, Dzhokhar y su hermano Tamerlan Tsarnaev, Aaron Alexis, Iván López, Elliot Oliver Robertson Rodger, Joseph Jesse Aldridge y Dylan Roof.

Noé empieza con los rituales
Esos 40 días y 40 noches de lluvia sin oler la fragancia agradable de la grasa de los borreguitos sacrificados, se les ha de haber hecho eternos.
"Y edificó Noé un altar a Yahvéh, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Yahvéh aquel olor agradable para él" (Gén 8:20-21).
"Que suave olor apacigua a Yahvéh" (Lev 1:9, 13, 17).
"De calmante aroma para Yahvéh" (Lev 2:2, 9, 12, 3:5, 16, 4:31, 8:21, 17:6).

Dice la tabla de arcilla acadia del Poema de Atrahasis:
"Después de siete días y siete noches de lluvia, la inundación disminuyó. Atrahasis desembarcó y ofreció un sacrificio. Los dioses, hambrientos y desesperados, olieron la fragancia y se juntaron 'como moscas que vuelan sobre un ofrecimiento'".

A veces se les acababan los animales a los israelitas que ya no tenían nada para sacrificar, y Yahvéh se enfurecía.
"Y el rey Salomón ofreció un sacrificio de veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas. Así inauguraron la Casa de Dios, el rey y todo el pueblo" (2 Cró 7:5).

Más parece un libro de cocina que un ritual.
"Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya. Entonces degollará el becerro en la presencia de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar, el cual está a la puerta del tabernáculo de reunión. Y desollará el holocausto, y lo dividirá en sus piezas. Y los hijos del sacerdote Aarón pondrán fuego sobre el altar, y compondrán la leña sobre el fuego. Luego los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán las piezas, la cabeza y la grosura de los intestinos, sobre la leña que está sobre el fuego que habrá encima del altar; y lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar; así se realizará el holocausto, ofrenda encendida que suave olor apacigua a Yahvéh" (Lev 1:4-9).

Ejemplos de lo que se veía en la Sala de las Citas.








Altar antiguo encontrado por el arqueólogo Aren Maeir donde se llevaban a cabo los sacrificios.

Reconstrucción del altar hoy día.


Reconstrucción del telón que dividía la Sala de las Citas y la Morada de Yahvéh. El olor de la sangre putrefacta que emanaba de ese lugar ha de haber sido nauseabundo.

Reconstrucción del Templo de Salomón.

Vista interna.

Vemos que Yahvéh estaba oliendo todos los aromas que salían de los sacrificios.

"Querubines" (esfinges).

Similitud con los templos persas de Lamassu, Mesopotamia (actual Irán).
Clásica







El aspecto reptiliano de los dioses bíblicos era un secreto bien guardado. En el Antiguo Testamento se hace referencia a la necesidad de privacidad de los “dioses”. Durante el Éxodo, la deidad vivía en una tienda y nunca fue vista por nadie. Y tampoco comía en público. Instrucciones específicas le fueron dadas a Moisés de cómo preparar el alimento, que era dejado en una parrilla cerca de las habitaciones de la deidad para su comida en privado. Estaba prohibido a los humanos el verlos. A Moisés le fue dicho rotundamente por su Dios: “No puedes ver mi rostro, el hombre quizás no me vea y viva.” Y esta prohibición es llevada al extremo a lo largo de las Sagradas Escrituras. Se convirtió en un mandato de no hacer “una imagen tallada” parecida a una deidad. De este modo al hombre no solo le fue prohibido verlos  sino incluso ver una representación de dichas deidades.  ¿Podría ser que su aspecto fuese tan extraño y repulsivo que tuvo que ser mantenido ignorado por el hombre? Si las deidades eran tan superiores y grandes como indican las Sagradas Escrituras, se entiende que se complacerían en permitir que el hombre las viera en su magnificencia.

Si algún extraño veía la cara de Yahvéh, era fulminado
"Y Yahvéh dijo a Moisés: Toda mi bondad va a pasar en frente de ti... Pero mi cara no la podrás ver... porque no la puede ver el hombre. Te quedarás parado en el hueco de esa roca que ves allí... Cuando yo pase te taparé con mi mano hasta que yo haya pasado. Después ya podrás verme... pero solamente verás mi espalda, porque mi cara [como ya te dije] no se puede ver" (Éxo 23:18-23).

Solo Moisés y los levitas (sacerdotes) podían entrar al Tabernáculo
"Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el tabernáculo haya de detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercare morirá" (Núm 1:51).

"Y constituirás a Aarón y a sus hijos para que ejerzan su sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá" (Núm 3:10).

"Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá" (Núm 3:38).

"Para que cuando se acerquen al lugar santísimo vivan, y no mueran, harán con ellos esto: Aarón y sus hijos vendrán y los pondrán a cada uno en su oficio y en su cargo. No entrarán para ver cuando cubran las cosas santas, porque morirán" (Núm 4:19-20).

Moisés y los levitas podían entrar a la Tienda de Reunión o Tienda de las Citas, pero a la Morada donde estaba Yahvéh, no podía entrar nadie en absoluto
"Entonces la nube cubrió la Tienda de Reunión y la gloria de Yahvéh llenó el tabernáculo. Y Moisés no podía entrar en la Tienda de Reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria de Yahvéh llenaba el tabernáculo. Y en todas sus jornadas cuando la nube se alzaba de sobre el tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha" (Éxo 40:34-36).

"Entonces me hizo volver por el camino de la puerta exterior del santuario que da hacia el oriente, y estaba cerrada. Y Yahvéh me dijo: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá y nadie entrará por ella, porque Yahvéh, Dios de Israel, ha entrado por ella; por eso permanecerá cerrada. En cuanto al príncipe, él, como príncipe, se sentará allí para comer pan delante de Yahvéh; entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y por el mismo camino saldrá" (Eze 44:1-3).

El rostro discreto de los dioses.




Estatuillas de la madre creadora Ninhursag encontradas en Mesopotamia.



¿Cuántos dioses eran?
"Ahora hagamos al hombre. Se parecerá a Nosotros". "Cuando Dios creó al hombre lo creó parecido a Dios mismo" (Gen 1:26).

"Ahora el hombre se ha vuelto como uno de Nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo" (Gen 3:22).

"El hombre ha sido creado parecido a Dios mismo" (Gen 9:6).

"Vamos, bajemos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el lenguaje del otro" (Gén 11:7).

Empezaron primero con los animales, y después empezaron con nosotros. Poco a poco se van dando cuenta de que el sufrimiento humano es mucho más apetecible. El miedo es el vehículo que estos seres utilizan para enfrentarnos unos contra otros, sean con guerras de falsa bandera, sea con la estúpida idea de un patriotismo amenazado, y que siempre va a requerir de un sistema de seguridad nacional, de un nacionalismo político, de unos idealismos democráticos que solo son la máscara de un sistema dictador.
Ya hablando de nuestra época, el derramamiento de sangre sigue, todos las guerras continúan, y siguen siendo controladas por los mismos seres. Solo que nosostros hemos cambiado las flechas y las lanzas por misiles y artillería y armamento de alta tecnología, o sea, más destructivo.












Ver también:
La creación de los dioses reptilianos
Las masacres del dios reptiliano Yahvéh del antiguo testamento
Israel, el pueblo elegido por Yahvéh. Pero elegido ¿para qué?
Las contradicciones de la biblia
¿Quién es el malo de la biblia?, ¿el Diablo o Yahvéh?
Las leyes de la biblia no son leyes de dios sino de los hombres
Visión de Ezequiel y de Daniel
Nuestras emociones y sufrimiento son el alimento de los dioses reptilianos

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